Biografía
Pietro Bembo (Venecia, 1470 – Roma, 1547) se familiarizó con el florentino vulgar y, en 1492, se fue a Mesina, donde estudió griego en la escuela de Constantino Lascaris. Regresó a Venecia en 1494 para seguir con los cursos de filosofía. Entre 1506 y 1511, Bembo estuvo en la corte de Urbino y, entre 1512 y 1519, con el Papa Leone X como secretario. Su obra más reconocida son las Prose della volgar lingua (1525), a parte de sus Rime (1530). En 1539, fue nombrado cardenal, título que regentó hasta su muerte en 1547.
Más información en: http://www.treccani.it/enciclopedia/pietro-bembo_(Dizionario-Biografico); https://www.wikidata.org/wiki/Q334188; https://es.wikipedia.org/wiki/Pietro_Bembo.
“Pietro Bembo (Venecia 1470 – Roma 1547)
Bembo nació en el seno de una familia potentada: el padre (Bernardo Bembo) fue reputado embajador vinculado a la Serenissima y ello permitió a su hijo no solo formarse desde muy niño con los mejores y más innovadores maestros de la época, sino tener el privilegio de conocer en persona a los humanistas que definieron, con sus acciones y obras, el Renacimiento italiano (Lorenzo de’ Medici, Angelo Poliziano o Ermolao Barbaro, entre los más destacados). De hecho, su desarrollo educativo estuvo en manos de personajes de la talla de Giovanni Aurelo Augurello, temprano promotor del interés por la lengua poética de Petrarca, o Constantino Láscaris, en cuya escuela de Mesina estudiaría griego y a quien ayudaría a dar a la imprenta la primera gramática griega moderna (1492, Erotemata), que publicaría el mismo Aldo Manuzio.
De la mano también de Manuzio vio la luz la primera obra obra de Bembo, el diálogo latino De Aetna (1496), aunque más relevantes fueron los dos volúmenes que editaría poco después, auténticas obras revolucionarias para el humanismo: Rerum Vulgarium Fragmenta de Petrarca (1501) y Terze Rime de Dante (1502). Ambas respondían a un intento deliberado por recuperar la lengua originaria de las Coronas y alejarse de las corrompidas ediciones del XV con el fin de establecer la lengua florentina como base de la futura lengua poética italiana.
Bembo se movió siempre en ambientes cortesanos que durante el Renacimiento hicieron las veces de centros de atracción de intelectuales; protección y mecenazgo cultural, así como focos de irradiación de las nuevas letras y ciencias. Bembo se estableció pronto en la corte de Ferrara, donde mantuvo un sonado romance con la hija del Papa, Lucrecia Borgia. Esa relación extramatrimonial (por parte de ella) duró poco, pero permitió al joven véneto no solo experimentar en la propia piel la adoración hasta el momento literaria por una joven rubia que encarnaba todos los tópicos de la literatura amorosa del momento, sino generar a su vez una correspondencia amorosa que se ha publicado exento bajo el nombre de La grande fiamma (2002).
La de Ferrara es la época en que Bembo se deja seducir por e Neoplatonismo filosófico que, muy acertadamente, logra traducir en literatura. Tuvo cuidado de que siempre se le considerara un teórico del amor y reivindicó en todo momento sus contribuciones como manifestación literaria del fervor por esa corriente estética (porque iba mucho más allá de lo literario y filosófico e imponía una nueva manera de sentir y de representar el arte). De este modo puede entenderse que la obra Gli Asolani (1505) sacudiera las cortes e imprentas rápidamente. Es más, gracias a que la obra estaba escrita en vulgar y no en latín (a pesar del contenido filosófico que respaldaba las reflexiones sobre los tres diferentes tipos de amor, su relación con lo divino, y qué suponían para la persona), Gli Asolani se convirtió enseguida en un auténtico bestseller tanto en Italia como fuera de ella. Pero Gli Asolani fue mucho más, dado que ofrecía una propuesta palpable y práctica de un nuevo modelo de lengua: un proyecto en el que Bembo llevaba ya trabajando unos años y que, con el tiempo, terminaría materializándose en la lengua literaria italiana. Pero en 1505 para hablar de una formulación completa de dicho proyecto a gran escala: la obra bembiana aún está en fase de pruebas. Solo así puede entenderse el lenguaje de Gli Asolani, la renovación que supuso al usar el endecasílabo en la canción Alma cortese dedicada a la muerte de su hermano Carlo en 1503, o los juegos lingüísticos de dos de sus obras menores, los Motti y las Stanze (1507).
El periodo ferrarés llega a su fin, y Bembo, como otros muchos intelectuales, transita hacia otro de los grandes focos culturales de la época, la corte de Urbino, regida por la poderosa familia Montefeltro, donde conoce a personajes de la talla de Castiglione (quien por entonces estaba elaborando su Cortegiano), Giuliano de’ Medici (futuro Papa León X), los hermanos Fregoso, Ludovico de Canossa, Cesare Gonzaga, Bernardo Accolti o el mismo Papa Julio II.
Es esta una época de intensa actividad poética y, a la vez, de experimentación con el lenguaje. No descarta nunca su vertiente latina, en la que, muy contrariamente a lo que pudiera parecer, sigue trabajando con intensidad. En latín escribe una obra laudatoria en agradecimiento a la acogida por parte de los Montefeltro (1509, De Guido Ubaldo Feretrio deque Elisabetha Gonzaga Urbini ducibus), muy en la línea del Cortegiano de Castiglione (salvando las grandes distancias) y reflexiona sobre los recursos literarios de las obras de Virgilio y Terencio en su De corruptis poetarum (que al llegar años más tarde a la imprenta adquiriría el nombre definitivo de De Virgilii Culice et Terentii Fabulis Liber, 1530).
En la corte de Urbino pasaría algunos años felices de exaltación cultural y desarrollo literario en los que iría desarrollando sus estudios sobre la lengua y elaborando su proyecto de renovación lingüístico-literaria.
Su crecimiento y renombre fueron en aumento y, en 1511, se traslada a Roma, donde entra en contacto con el principal foco de la intelectualidad europea y, en consonancia, explota su faceta más clásica. De este periodo en que frecuenta las tertulias de Angelo Collocci es su célebre polémica con Giovanni Francesco II Pico della Mirandola sobre el principio de imitación que, con el tiempo, el mismo Bembo daría a la imprenta bajo el nombre de De imitatione (1513).
Esta polémica, desarrollada en persona en varias conversaciones y luego ampliada por carta, supone el estadio más desarrollado y completo de la disputa entre quienes defendían el uso de un solo modelo como base para la imitación (al defender Bembo a Cicerón para la prosa y a Virgilio para la poesía, su corriente dio en llamarse ciceroniana), frente a quienes propugnaban seguir al modelo que mejor encajara con los gustos del autor y mejor desarrollara, a su juicio, el género literario que este quería practicar (a estos se les llamó eclécticos).
La polémica venía de muy antiguo y aún debía extenderse muchas décadas más, pero lo importante es ver cómo la obra que generó el debate entre estos dos monstruos de las letras supuso un texto de base que estaría llamado a polarizar aún más (y dotar de argumentos aún más sólidos) a ambas facciones en disputa.
En la práctica, la polémica se resolvería a favor de Bembo, al ser este elegido como secretario de cartas latinas, junto a Giacoppo Sadoleto, para el Papa León X. De este modo, toda la documentación generada en latín por el Pontífice en persona llevaba aparejado un estilo ciceroniano que, por la extensión y prestigio de su remitente, se impuso como modelo a imitar en todos los rincones de la Cristiandad.
Pero Roma fue exigente, como no podía ser de otro modo, y varios acontecimientos personales, entre ellos una grave enfermedad, aceleraron una grave crisis emocional que llevó al veneciano a retirarse de la ciudad eterna y buscar refugio y tranquilidad en las solitarias llanuras de Padua, en concreto en Villa Bozza, la casa familiar situada en el pueblo de Santa Maria di Non (y que se conocería familiarmente como el Noniano). En esta época nacen sus tres hijos (Elena, Torquato y Lucilio): es un periodo de tranquilidad y consolidación de una familia que, a su vez, le permite terminar de pulir una obra que se convertiría en clave no solo en su trayectoria profesional, sino para todo el Renacimiento europeo.
En 1525 aparecen las Prose della volgar lingua, que presenta oficialmente ante el Papa Clemente VII. En esta obra aparecería codificado desde el ángulo teórico su gran proyecto de sistematización de la lengua poética italiana a través de la justificación de los modelos imitativos en la historia literaria en vulgar reciente (las Coronas, pero también los Provenzales), a través de una defensa a ultranza del uso del vulgar como herramienta lingüístico-literaria de la modernidad, y finalmente a través de la definición del tipo de léxico y recursos de ese vulgar áulico que defendía para la literatura. Las Prose, tal como se conocían popularmente, fueron utilísimas porque ofrecían las claves del uso del vulgar y cómo gestionar de la mejor manera el uso de los modelos imitativos, pero también, y sobre todo, porque incorporaban una gramática italiana cuyos usos venían amparados en los ejemplos de los ottimi literarios.
La aparición de las Prose asentó la fama de Bembo como referente de la nueva literatura y convirtió su tranquila casa paduana en el epicentro de un bullicio intelectual y literario parejo al de las pequeñas cortes que florecían por toda Italia. Fueron innumerables los personajes de renombre que buscaron el consejo y guía de Bembo para sus composiciones, tanto visitándolo en persona como haciéndole llegar sus escritos: Colocci, Sadoleto, Navagero, Aretino, Castiglione, Vittoria Colonna, Vettor Soranzo, Bernardo Cappello, Beazzano, Tebaldeo, Sannazaro, Fracastoro, Ariosto o el mismo Garcilaso se cuentan entre los muchísimos que tuvieron contacto con él. Bembo siempre tuvo buenas palabras de ánimo para ellos, demostrando con ello una empatía y una humanidad que fácilmente puede verse en las cartas de una y otra parte. Con todo, no todos los juicios fueron del gusto de sus destinatarios y pronto fue extendiéndose una leyenda negra sobre el veneciano, al que la simplicidad y la envidia tacharon de dictador de la lengua, cuando la opinión generalizada era la de ser guía y maestro. Un liderazgo y unos consejos mal entendidos, ciertamente, pero que produjeron que a partir de entonces que el nombre de Bembo se asociara a un tipo de persona cerrada de mente, intolerante ante la diversidad de opiniones y frustrador de ilusiones.
Pero el proyecto a gran escala de Bembo distaba aún de estar terminado. Hasta el momento, había editado a dos de las Coronas clave (en 1501 a Petrarca y en 1502 a Dante), había publicado un ejemplo de la nueva prosa en vulgar (1505, Gli Asolani) y estaba ahora recogiendo los frutos de haber teorizado sobre cómo sacar el máximo provecho a los recursos para desarrollar literariamente la lengua vulgar (1525, Prose della volgar lingua). Sin embargo, para cualquiera que se dispusiera a escribir y quisiera hacerlo según el nuevo canon bembiano, le faltaba un elemento clave: el ejemplo poético. Por esa razón, tras años de experimentación poética y tras las reflexiones oportunas sobre los modelos imitativos, Bembo publica en 1530 sus Rime, que acompaña de una revisión lingüística (muy oportuna) de Gli Asolani, así como de tres obras menores en latín: una revisión de su primerizo diálogo latino De Aetna (publicado en 1496), otra revisión de la recopilación de cartas de su polémica sobre el principio de imitación con Giovanni Francesco II Pico della Mirandola (De imitatione, publicado originariamente en 1513) y, finalmente, el diálogo en honor a los Montefeltro (De Guido Ubaldo Feretrio deque Elisabetha Gonzaga Urbini Ducibus) junto a una reflexión sobre los escritores griegos (Oratio pro litteris graecis) y otra obra sobre las fábulas de Terencio y Virgilio (De Virgilii Culice et Terenti fabulis, publicada en 1530).
Por tanto, 1530 se considera el año de fundación del petrarquismo italiano del XVI o petrarquismo bembiano, gracias a la aparición de las rimas, que cerraban el círculo abierto por Gli Asolani y completado por las Prose.
Los años que seguirían los dedicaría, en el plano literario, a una revisión completa de su obra, en especial las rimas. A nivel personal, la muerte de su hijo pequeño, Lucilio, y de la mujer con quien había compartido su vida, Morosina (Maria Savorgnan, identificada como Maria Griffoni), así como sufrir en sus propias carnes la tentativa de asesinato por parte de su sobrino le marcan de manera especialmente negativa y propician su marcha de Padua para instalarse nuevamente en Roma, donde su renombre e influencia logran concederle la tan esperada toga cardenalicia (1538). De esta época es el cuadro de Tiziano que inmortalizaría para siempre su imagen y propiciaría que se asociara inevitablemente la poliédrica figura del humanista veneciano con el cardenalato.
De este periodo es también la revisión profunda de su obra, que ya prepara para su edición póstuma (el celo y control que ejerció Bembo sobre su obra a lo largo de toda su vida fueron extraordinarios), también en estos años completa el encargo de escritura de la Historia Vinitiana (1551), retomándola desde el punto en que la había dejado su amigo y predecesor en el cargo Andrea Navagero.
Bembo se apaga en enero de 1547, a los 77 años, a causa de un accidente a caballo. Tal como relata Giovanni della Casa, biógrafo suyo y amigo cercano, una mala caída a caballo en los alrededores de Roma le provocó una herida de la que no pudo recuperarse. Su cuerpo descansa en Roma, en el coro de Santa Maria Sopra Minerva, junto a los papas Médici Leon X y Clemente VII.
A su muerte, Bembo dejó tras de sí un panorama cultural y literario muy diferente del que le vio nacer. Su obra permitió la sistematización de la lengua literaria italiana (basada en el florentino literario del XIV) y fundó el llamado petrarquismo del XVI (una imitación literaria basada en las Coronas y amparada en la tradición provenzal). Bembo fue el máximo impulsor del ciceronianismo convirtiéndose en el estandarte del modelo único y su obra tanto literaria como crítica se convirtió en uno de los máximos exponentes de la literatura del Renacimiento, influyendo de manera decisiva en las literaturas vecinas: caso paradigmático, el de la literatura española que, con las Anotaciones a la poesía de Garcilaso (1580) de Fernando de Herrera, que por su parte pivotaba sobre la poesía garcilasiana, codificó la lengua literaria española a imagen de lo que había hecho Bembo en Italia, permitiendo así que se abrieran las puertas a la gran literatura del llamado Siglo de Oro de la literatura española”
Bibliografía Primaria
- Le Prose del Bembo, Fiorenza, Lorenzo Torrentino, 1548.
- Rime, 1549.
- Gli Asolani, Venezia, Gualtero Scotto, 1552.
Bibliografía Secundaria
- Carmina, Rosanna Sodano, Turin, Edizioni RES, 1990.
- De imitatione. Sobre la imitación, Oriol Miró Martí. New York, IDEA (col. «Batihoja», 42), 2017.
- Fosalba, Eugenia, “La carta de Bembo a Garcilaso”, Insula, 862 (2018), pp. 9-13.
- Gli Asolani. Los Asolanos, ed. José-María Reyes Cano, Barcelona, Bosch, 1990.
- Gorgiae Leontini in Helenam Laudatio, ed. Francesco Donadi, Bollettino dell’Istituto de Filologia Greca, supplemento 5, Universidad de Padua, L’Erma di Bretschneider, 1983.
- Lettere, ed. Ernesto Travi, Bolonia, Commissione per i testi di lingua, 1987.
- López Grigera, Luisa, “Notas sobre las amistades italianas de Garcilaso: un nuevo manuscrito de Pietro Bembo”, Homenaje a Eugenio Asensio, Madrid, Gredos, 1988, 291-310.
- Miró Martí, Oriol, “Sobre los paralelismos entre la traducción bembiana del ‘Encomio de Helena’ gorgiano y ‘Los Asolanos’. Los orígenes de una elección.“, Lectura y Signo, Revista de Literatura, 2 (2007): 63-88. (contiene la traducción al castellano del Encomio de Helena).
- Motti, Vittorio Cian, Milan, Sylvestre Bonnard, 2007.
- Opere de Cardinale Pietro Bembo Ora per la prima volta tutte in un corpo unite, Venezia, Francesco Hertzhauser, 1729.
- Opere in volgare, ed. Mario Marti, Florencia, Sansoni, 1961.
- Petri Bembi de Aetna liber & Pietro Bembo dell’ Etna, Verona, Officina Bodoni, 1969.
- Pietro Bembo e Lucrezia Borgia, La grande fiamma, Lettere 1503-1517, ed. Giulia Raboni, Milano, Archinto, 2002.
- Prosas de la lengua vulgar, Oriol Miró Martí, Madrid, Cátedra, 2011.
- Prose della volgar lingua: L’editio princeps del 1525 riscontrata con l’autografo Vaticano latino 3210, Claudio Vela, Bologna, CLUEB, 2001.
- Prose e rime di Pietro Bembo, ed. Carlo Dionisotti, Turín, UTET, 1992.
- Prose e Rime, Carlo Dionisotti, Turin, UTET, 1966.
- Rime, Andrea Donini, Roma, Salerno Editrice, 2008.
- Stanze, Alessandro Gnocchi, Firenze, Società editrice fiorentina, 2003.
- Toscano, Tobia R., “Onoratto Fascitelli alma de verdadero poeta: dal amicizia possibile con Garcilaso all’Invettiva contro l’hispana avaritia”, Contexto latino y vulgar de Garcilaso en Nápoles. Redes de relaciones de humanistas y poetas (manuscritos, cartas y academias), Eugenia Fosalba y Gáldrick de la Torre eds., Peter Lang Verlag, Bern, 185-220.
- Volgarizzamento des Dialogs De Guido Ubaldo Feretrio deque Elisabetha Gonzaga Urbini ducibus, ed. Maria Lutz, Geneva, Droz, 1981.
Biografía por: Oriol Miró Martí (oriol.miro@unir.net)
Bibliografía Primaria
Bibliografía Secundaria
- Gli Asolani e le Rime - 1932
- Opere in volgare - 1961
- Prose e Rime - 1966
- Volgarizzamento des Dialogs De Guido Ubaldo Feretrio deque Elisabetha Gonzagia Urbini ducibus - 1980
- Prose della volgar lingua. Gli Asolani. Rime - 1989
- Carmina - 1990
- Gli Asolani. Los Asolanos - 1990
- Prose della volgar lingua - 1992
- Lettere - 1992
- Poesie e rime di Pietro Bembo - 1992
- Lettere (1529 - 1536) - 1992
- Rime - 2001
- Prose della volgar lingua. L'editio princeps del 1525 riscontrata con l'autografo Vaticano Latino 3210 - 2001
- "Prose della volgar lingua". L'editio princeps del 1525 riscontrata con l'autografo Vaticano latino 3210 - 2001
- Scritti su Bembo - 2002
- Stanze, edizione critica - 2003
- Rime - 2008
- Prosas de la lengua vulgar - 2011