Transcripción
[54r] Pastores Mosticus, Egenus et Alphesiboeus
[Mosticus?]
[Plusius], ut fama est sylvis, contemptor, Egene,
[In]visor(que) tui est: mihi displicet: ille fatetur
Satis ignavum inlaudato vivere more.
[T]empore tu ne aliquo fortasse iniurius illi.
[Egenus?]
[Pl]usius est fateor tuguri dives et agri 5
[E]st nivei(que) gregis: nivei quo(que) lactis abundans.
Ut(que) illi parta est ea copia dii bene norunt.
Non calamos inflare leves, non ducere versus
Scit miser: et vere miser est, cui tanta peculi
Et cura et studium et tantus labor incrementi. 10
At casa quam cervis multo(que) e vimine texit
Plusius. Est igni et rapidis obnoxia ventis
Perdere(que) illius possunt lata arva procellae
Et possunt oculi pecus extenuare nocentes
Aut scabies saeva aut diri contagia morbi. 15
Aut mihi quae poterit saevi inclementia caeli
Deterere ingenium nostram aut delere Camenam.
Mostice, fortunae est vis magna, potentia maior
Virtutis, quae sola suos non fallit amicos.
Mosticus
Non ego fortunam, virtutem non ego novi 20
Plusium at ipse scio, nostris qui montibus ingens
Est et praecipuus, digito quem rustica pubes
Monstrat: et ore refert. Hic ingens Plusius ille est
Qui spaciosa tenet Cerealis iugera campi
Non centum potuere boves sulcare quot annis, 25
Qui(que) arbusta tenet faecundo plena Lyaeo
Lata(que) sylvarum tot pabula glandiferarum
Pomiferos(que) hortos, e vivo fonte rigatos
Umbrant quos platani, quos laeta rosaria cingunt.
Centum habet et magnis pulcros in ovilibus hyrcos, 30
Centum habet et tauros certantes cornibus at(que)
Mille per errantes pascit cum matribus haedos,
Caseus(que) recens est illi, et copia lactis.
[f.54v] [Egenus]
Ille opibus famuletur inops curisque prematur.
Tutior at mihi paupertas, et conscia recti 35
Mens bona: paupertas opulentior est mihi: sit fas
Arbore sub patula in sylvis deducere versus.
Ille inter pinus fagosque superbiat inter
Imponatque novas leges et jura colonis
Et quoscumque notet pastores sacra litantes. 40
Ipse inter lentas salices humilesque genistas
Et Pana et satyros ad carmina nostra vocabo.
Illius in mensa nunquam collocasia desit
Lac et concretum, poma et felicia nunquam.
Serpillum mihi et allia sit redolens et anetum, 45
Sepibus et late crescens asparagus irtis,
Castaneae molles sint et silvestria mala.
At(que) sitim vitrei mi fontis leniat unda,
Sugerat et dulcem picta inter prata soporem
Garrula vox avium et labentis murmura rivi 50
Hiis ego contentus calamis contentus et istis.
Mosticus
Crede mihi tantum Plusio tu cedis Egene
Sylvestris quantum labrusca agrestibus uvis,
Vitibus at(que) ederae quantum, et filiceta salictis.
Plusius est magnus tandem et per saecula vivet. 55
Egenus
Tantum erit illius nomen durabile quantum
Vere nova violae pallent albentque ligustra.
Ille ingens pastor facundo Aquavivius ore
Vivet et in nostris semper memorabitur arvis,
Cui tot sint quamvis formosa armanta gregesque 60
Nititur usque sequi doctae praecepta Minervae,
Praeferturque aliis ut populus alta myricis.
Perpetuo et vivet Cabalinius aurea cuius
Et rara est virtus sua tot qui armenta gregesque
[f.55r] Negligit et Phoebum et Musas veneratur amicas. 65
Illius et quovis caeduntur cortice facta.
Attius et vivet sacris notissimis antris
Quo cantante silent aurae fluviique residunt.
Alphesiboeus
Pastores hii equidem magni sunt optime Egene,
Pastorum decus et Latiis laus maxima sylvis. 70
Nuper si nescis nostris Aquavivius ille
Laeta libens ebuli concessit pascua bobus
Et virides myrtus et densas inter olivas
Nostra ubi vult demictat fistula carmen.
Et faciam, et mihi carmen erit, mihi numen et idem. 75
Praebuit et nobis taurum Cabalinius olim
Et nostrum vario dignatur munere Musam
Versibus et nostris Musa ipsa interserit illum.
Ante igitur tondent cythisum per inane capella
Et pascentur apes mediis thyma florida in undis 80
Quam nostram illorum subeant oblivia mentem.
Egenus
Quam bene tu nosti jucunde mihi Alphesiboee,
Quam bene tu amborum placida pendebis ab aura.
Quare hii fata habeant semper ridentia, tuque
Spirantes illos, pereatque nocentibus astris 85
Plusius: ipse etiam Musa cum paupere vivam.
Traducción
Los pastores Mosticus, Egenus y Alphesiboeus
[Mosticus?]
Según las murmuraciones del bosque, Plusius te desdeña y te
odia, Egenus. Declara que eres muy perezoso y que vives de una forma
reprensible. Quizás en algún momento le has causado algún daño.
[Egenus?]
Admito que Plusius se considera rico con su choza y sus terrenos, que
tiene abundancia de ovejas blancas como la nieve y de leche blanca, y que los
dioses saben bien cómo consiguió esa riqueza. Aun así, es muy desgraciado al
no saber tocar la flauta ni recitar poesía, y es de verdad desventurado al tener
que vigilar, atender y trabajar tanto su hacienda con el fin de engrandecerla.
Pero la choza que Plusius construyó con palos y muchas ramas es propensa a
la destrucción provocada por fuegos y vientos; las tormentas pueden destruir
sus anchos campos, y o bien el mal de ojo, la sarna o el contacto con alguna
peste terrible puede reducir su ganado, como el tiempo infatigable, que la
inclemencia del terrible cielo también puede perjudicar mis talentos o
arruinar mi don de la poesía. El poder de la fortuna es grande, Mosticus, pero
el de la virtud aún lo es más; ella nunca decepciona a sus amigos.
Mosticus:
No sé nada sobre la fortuna ni sobre la virtud, pero conozco
personalmente a Plusius. Es un hombre prominente y poderoso en nuestras
colinas y a quien señalan los mancebos del campo, declarando: “Allí está ese
hombre principal e importante, Plusius, a quien le pertenecen múltiples
hectáreas de terreno para el maíz, que ni siquiera lo podrían cultivar todos los
años cien bueyes, y que tiene viñas llenas de uvas productivas, y tantos bosques
llenos de bellotas, que producen grandes cantidades de forraje, y fructíferos
jardines regados por vivas fuentes de agua, que son sombreadas por bellos
árboles y rodeados por bellos rosales. Tiene cien cabras en rebaños grandes, cien
toros que compiten en rivalidad con sus cuernos, y pastorea mil cabritos que
deambulan con sus madres. Siempre tiene queso fresco y abundancia de leche.
[Egenus?]
Ruego que se desampare, esclavizado por la necesidad, que sea
aplastado por la ansiedad; pero la pobreza, un estado más seguro, y una
buena consciencia sobre la justicia, son mi condición. Para mí, la pobreza es
una condición más enriquecedora, sólo si es está bien que me siente bajo un
ancho árbol en el bosque elaborando mis versos. Que él se muestre entre los
pinos y los olmos y que imponga nuevas leyes y regulaciones sobre los
campesinos y sobre cualquier pastor a quien vea haciendo sacrificios
favorables. Yo, entre los flexibles sauces y la humilde pradera, llamaré a
Pan y a los sátiros para que escuchen mis canciones. Ruego que a la mesa de
Pan nunca me falten alubias egipcias, ni leche ni fruta suculenta. Que tenga
tomillo salvaje, ajo redolente y eneldo. Que crezcan los espárragos
extensivamente en los salvajes surcos, y que haya castañas y agallas de
roble. Que las aguas de una fuente cristalina y pura apaguen mi sed, y que
la cháchara de las canciones de las aves y el murmullo de un arroyo que
corre me traigan el dulce sueño entre las praderas pintadas de flores. Que
yo esté contento con todos estos, y contento con mi flauta.
Mosticus:
Créeme, Egenus, le concedes tanto a Plusius como lo hace la viña
salvaje del bosque a las uvas cultivadas, tanto como la hiedra a las viñas,
tanto como el humilde helecho a los sauces. Plusius es en todos los sentidos
un hombre digno, y vivirá a través de los siglos.
Egenus:
Su nombre durará como la violeta, que se marchita al principio de la
primavera, y la alheña con sus blancas flores. Sin embargo, ese gran pastor,
Aquavivius, el de la lengua elocuente, vivirá y siempre será recordado en
nuestros campos. Aunque tenga bellísimos rebaños y ganados, sigue
esforzándose a seguir los mandamientos de la docta Minerva y se le prefiere
más que otros como el alto almo es preferido sobre el humilde tamarisco.
Cabanilius también vivirá para siempre, cuya virtud es una cosa excepcional,
el que desatiende sus numerosos rebaños y ganados y reverencia a Phoebus y
a sus amigas, las musas. Sus hazañas se tallan en la corteza de cada árbol.
Attius también vivirá, el que es conocido entre nuestras sagradas grutas, y
que, cuando canta, se silencian las brisas y las aguas de los ríos se calman.
Alphesiboeus:
Estos sí que son ilustres pastores, mi querido Egenus. Y,
recientemente, en el caso de que no lo sepas, Aquavivius, esa gloria de los
pastores y el alarde más noble de los bosques del Latium, permitió con
alegría que nuestros bueyes pastaran sobre su abundante saúco, y entre el
verde mirto y las aceitunas abundantes mi dichosa flauta toca su canto por
donde quiera. Así voy a continuar, y él me proporcionará un tema para mi
canto, y será como un dios para mí. Cabalinius una vez me ofreció un toro, y
honra a mi musa con varios regalos, y la musa misma lo pondrá en mis
versos. Así que las cabras preferirán forrajear el trébol que crece en el aire,
y las abejas favorecerán el tomillo en flor entre las olas del mar, antes que
mi corazón se permita olvidar a estos hombres.
Egenus:
Cuán bien los conoces, mi encantador Alphesiboeus, cuánto vas a
disfrutar los serenos favores de los dos hombres. Así que siempre éstos disfruten
la amena sonrisa de la fortuna, y que tú goces de su amparo. Que Plusius
fallezca bajo estrellas perniciosas, y que viva yo con mi empobrecida musa.
Transcripción y traducción: Enric Mallorquí Ruscalleda