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Epigrama por la muerte de Ariosto (¿Por qué, diosas, lloráis por Ariosto…)

Ciudad
Nápoles
Páginas
f. 64r
Signatura
Ms. XIII AA 63, f. 64r
Biblioteca
Biblioteca Nacional de Nápoles
Métrica
Trímetro yámbico
Documentos
Bibliografía secundaria
«Pulchra Parthenope» . Hacia la faceta napolitana de la poesía de Garcilaso - 2019
Más sobre Garcilaso en Nápoles. Epigramas funerales a la muerte de Ariosto - 2016

Transcripción

BNN, Ms. XIII AA 63, f. 64r
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Quid Ariostum sydus Ausonidum Dee
Per antra Pindi gelidae, et Aonium nemus
Lugetis astra voce quatientes nova?
Quid omnis altis Alpium queritur iugis
Orêas, udam lachrymis rigans genam?                      5

Nempe ipse longos audiens gemitus Pater
Eridanus, undas sistit attonitus vagas.
Non (ut putatur) frigidus vivum lapis
Claudit. Latet sepultus hic tantum cinis.
Nam Fama ab alta sede pervigil Dea                          10

Acherontis imis vidit ut lapsum vadis,
E nubium citata verticibus ruit.
Illumque in auras, noctis e thalamo tulit.
Qui nunc perennem temporis superans fugam,
Per ora pennis cuncta prepetibus volat.                     15

 

 

Traducción
¿Por qué, diosas, lloráis por Ariosto?
(1-3)¿Por qué, diosas, lloráis por Ariosto, aquella radiante estrella de los Ausonios (italianos) por todos los rincones de las cuevas del monte helado Pindus (Parnaso) y las arboledas de Aonia (Boeocia, monte Helicón, hogar de las Musas), sacudiendo las estrellas con nueva voz?
(4-5) ¿Por qué todas las Oréades se lamentan en las altas cordilleras de los Alpes, mojando sus mejillas húmedas con lágrimas?
(6-7) Incluso el padre Eridanus (Po), asombrado, al oír estos gemidos continuos, detiene el flujo de sus aguas errantes.
(8-9) Además, contrariamente a lo que se piensa, no hay piedra fría que aprisione al hombre viviente. Todo lo que descansa escondido aquí son cenizas enterradas.
(10-12) La Diosa Fama, siempre observando desde su alto trono, lo vio mientras caía en las aguas más profundas del Aqueronte, se apresuró a precipitarse desde las nubes altísimas
(13) y lo sacó de ese tálamo de la noche [es decir, el río Aqueronte, en el inframundo] al aire superior.
(14-15) Ya no está sujeto a la incesante fuga del tiempo, y vuela con alas veloces en labios de todos los hombres.

Traducción: Mark Riley